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lunes, 21 de enero de 2013

Reforma en la Ley de Experimentación animal ¿beneficio para los animales?



Este Proyecto de Ley resulta de la trasposición de la Directiva Europea de 2010 relativa a la protección de los animales utilizados para fines científicos, que obliga a los Estados Miembros a adaptar sus respectivas legislaciones.
Enviado por: ECOticias.com
El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes 18 de enero un nuevo texto que modificará la Ley 32/2007 para el cuidado de los animales en aspectos como la explotación, transporte, experimentación y sacrificio. Desde el Partido Animalista se demanda la inclusión del derecho a la objeción de conciencia a la experimentación con animales en las universidades. Demandan la apuesta y validación de métodos alternativos y denuncian que la industria farmacéutica se lucre de los experimentos en animales.
Este Proyecto de Ley resulta de la trasposición de la Directiva Europea de 2010 relativa a la protección de los animales utilizados para fines científicos, que obliga a los Estados Miembros a adaptar sus respectivas legislaciones.

En 2010 se utilizaron en los laboratorios de España 1.344.986 animales en diferentes y dolorosas pruebas que acaban con la vida de 855 perros y 192 gatos, así como a decenas de miles de conejos, roedores, vacas o cerdos, y ésta nueva legislación lo seguirá permitiendo.
Aunque afortunadamente, nunca se ha llegado a experimentar con grandes simios en nuestro país, el nuevo proyecto de ley prohibirá que en un futuro se pueda experimentar con chimpancés, gorilas y orangutanes. Un logro debido al Proyecto Gran Simio por impulsar esta demanda tanto tiempo ansiada.
Esta normativa deriva del Artículo 13 del tratado de Funcionamiento de la Unión Europea que reconoce a los animales como seres sensibles. Por ello, la legislación debería adecuarse al hecho de que someter a los animales a prácticas que les causen dolor y padecimiento es contrario a esa consideración. Si un ser sufre, ese sufrimiento debe ser reconocido como algo negativo, y ha de ser evitado. Este enfoque es ignorado por el nuevo Proyecto de Ley por lo que desde el Partido Animalista no podemos estar de acuerdo.

Aunque reducir en grado y número los experimentos con animales pueda considerarse positivo, todo el esfuerzo será en vano si no se implementan métodos alternativos que eviten la matanza de miles de animales en experimentos de todo tipo. De otro modo, aunque en menor número, se seguirán matando animales según indica esta ley: La sobredosis de anestésico, la dislocación cervical o el uso de gases inertes.

Por ello, el Partido Animalista apuesta por centrarse en la inversión económica y científica que valide nuevos métodos de experimentación en los que se utilicen células madre, tejidos humanos y modelos informáticos, trabajo del que se encarga el Centro Europeo de Validación de Métodos Alternativos (CEVMA), para su posterior validación por los consejos reguladores de los diferentes estados. Un proceso burocrático que no está siendo rápido ni efectivo.

Somos conscientes de que el principal impedimento para el fin de la experimentación animal se centra en la industria farmacéutica y los laboratorios, que se lucran de los beneficios de la experimentación en animales y las redes clientelares que este lobby ha establecido a nivel político, y que impiden la aprobación a nivel europeo de métodos alternativos. Cabe destacar que la industria farmacéutica no comparte los resultados de los experimentos sobre animales, haciendo que otros laboratorios repitan pruebas cuyos resultados ya se conocen.

Entendemos que la promulgación de la nueva Ley debería incluir un reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia a la experimentación con animales. A día de hoy un gran número de estudiantes se ven obligados a participar en experimentos con animales que resultan totalmente innecesarios, debido a la existencia de métodos alternativos tales como modelos sintéticos, programas de ordenador, etc. Muchos estudiantes son incapaces de participar en los citados experimentos, y eso les lleva a dejar los estudios, lo cual dificulta que haya un mayor número de veterinarios, biólogos, etc., con una conciencia desarrollada en lo relativo al sufrimiento animal.

El Proyecto de Ley se basa en que los procedimientos científicos deben restringirse a aquellos ámbitos que benefician en última instancia a la salud humana,  argumento utilizado por el lobby defensor de la experimentación animal y por los políticos. Pero la realidad es bien distinta, ¿por qué debemos seguir sacrificando vidas de animales cuando utilizar alternativas no es sólo posible, sino que consituye un imperativo moral?.


 

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