Tomado de Gomera Verde.com
(Foto: J. L. Carrasco) - C7 |
Mathias Rapp explicó a Efe que la cochinilla, que vive en las tuneras, fue hace años un importante producto de exportación en las islas para su uso alimenticio y textil, hasta la introducción de los colorantes artificiales.
Mediante esta técnica, Mathias y Petra consiguen que sus productos luzcan una gama de colores entre rojo, rosa o morado, según los mordientes (fijador) utilizados.
Para ello, Mathias Rapp comenta que en primer lugar hay que recoger la cochinilla de la pala de la tunera con una cuchara para más tarde cernirla y tenderla para su secado.
(Foto: Internet) |
El producto resultante se introduce en una bolsa fina de seda que se cierra y se pone en una olla junto con la prenda a teñir y el mordiente elegido (zumo de limón, vinagre o alumbre).
Para el tinte, se utiliza la cochinilla de mayor tamaño, mientras que las crías se introducen en una bolsa que se ata y cuelga de la tunera para su repoblación.
El artesano recuerda que la cochinilla es uno de los pocos tintes naturales que permite que la prenda no se destiña ante el agua o la luz, además de no producir reacciones alérgicas.
(Foto: Internet) |
Destaca que en La Gomera en estos momentos escasea la cochinilla, dado que las últimas lluvias arrastraron los adultos al suelo donde no pueden caminar.
Mathias Rapp y Petra Abel, que ofrecen sus productos en los mercadillos de San Sebastián y Valle Gran Rey, también trabajan en el teñido con cebolla, que deja a las prendas un tono amarillo claro brillante, o con la rubia roja, cuya raíz tiñe de un color anaranjado, así como con aloe y fieltro nono.
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