Si no queréis sufrir, no vayáis a Isla Terceira, Azores, Portugal
Vista de Terceira, Islas Azores, Portugal. |
Hace unos días que volví de pasar unos días de vacaciones en Terceira, una isla portuguesa de las Azores. Hay ofertas increíbles para viajar allí, deben estar promocionando el turismo, por lo que pudiera ser que alguna persona animalista, o simplemente con un mínimo de sensibilidad por los animales, pudiera pensar en pasar unos días allí como decidí yo.
Mi consejo es que no vayáis salvo que queráis pasar unos días sin parar de llorar por las condiciones en que allí viven y son tratados los animales. Es como viajar a la España más profunda hace 50 años. Un país europeo....
Vi perros y gatos atropellados por los arcenes de las carreteras y ciudades sin que nadie parara a recogerlos o simplemente apartarlos. Perros callejeros y abandonados por todas partes, muertos de hambre muchos y desesperados corriendo por las carreteras. La mayoría de las casas con patio o jardín tienen perros, y aún teniendo esta zona perfectamente vallada los meten en diminutas jaulas, muchas veces viviendo encima de sus propias heces de días o semanas, o bien los tienen atados a cadenas de pocos metros, lo que además de cruel es ilógico, ¿para qué tienen a estos pobres animales si atados o encerrados no "sirven" ni para guarda?, lo más asombroso es que estas situaciones se dan en pleno centro de la capital o de los pueblos, a la vista de todos, parece que todo el mundo allí estuviese acostumbrado a esto y no les molesta ni siquiera el mal olor de las heces y pises sobre las que la vida de estos pobres discurre sin compasión. También es más que común que los locales y naves tengan perros encerrados que aúllan y lloran sin parar. He visto vacas atadas en terrenos grandes y perfectamente vallados, incomprensible salvo por la insensibilidad y la maldad, en ningún lugar del mundo había visto vacas atadas con lo poco ágiles que son y lo pacíficas que no se escapan con una mínima valla. Y he visto avestruces, unos seres maravillosos y gigantes que viven en minúsculos terrenos, mirarlas a los ojos y rompérsete el alma es todo uno.
Y si todo esto fuera poco sólo queda que se te ocurra subir al Monte do Brasil en la capital de la isla, es una subida a una montaña para ver el paisaje, cuando llegas arriba te encuentras con que está todo lleno de jaulas con animales exóticos, algunos acristalados para que sean capaces de sobrevivir al clima que no les corresponde. Jamás podré olvidar un loro rojo entre cristales, comido por la depresión, con sus alas inútiles y su vida rota para el "disfrute" por sorpresa de los turista que al llegar allí nos lo topábamos, sin venir a cuento, expuesto como un objeto decorativo. Sin palabras... sólo una tremenda rabia y un dolor infinito.
Los "toros de cuerda". |
En el campo los cazadores son capaces de estar pegando tiros los días de niebla, pegados a los itinerarios turísticos que te da miedo te llegue un tiro a la cabeza, mientras la niebla te trae los ladridos y llantos de sus pobres perros, y mientras ves las fumarolas te imaginas el cuerpo destrozado de las víctimas de esos tiros tan deportivos.
Lo cierto es que todo esto debí imaginarlo cuando me enteré de que su fiesta tradicional consiste en disfrutar del miedo y el sufrimiento de un ser vivo. Así lo definen ellos mismos: "Los Toros de Cuerda: En esta modalidad los movimientos del toro están condicionados por una cuerda, controlada por un grupo de hombres, antiguamente llamados Mascarados da Corda. Los toros, criados en los prados de la región central de Terceira, son escogidos por su astucia y carácter enérgico. Después de embolados los cuernos, para proteger a la gente contra las embestidas del toro, se suelta a los animales por las calles, mientras las ventanas y balcones de las casas están repletas de gente ansiosa por aplaudir el espectáculo. Se lanzan cohetes y, en este ambiente bullicioso, hombres y toros corren al ritmo de la lidia. Aquellos que osan desafiar al toro, hacen maniobras para provocarlo, poniendo un paraguas de colores frente a él, intentando evitar las embestidas, mientras los hombres limitan los movimientos del animal con la cuerda. Los toros de cuerda se han extendido tanto con el paso del tiempo que hoy en día se realizan prácticamente todos los días en algún lugar de Terceira, entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre"
Lógicamente además de avisaros a todos/as voy a denunciar con estas mismas palabras en todos los foros oficiales y no oficiales de viaje que encuentre, así como a las páginas oficiales de ayuntamientos y organismos públicos portuguesas y de la isla. Se lo prometí a cada animal que vi allí, y que no pude ayudar. Es lo único que puedo hacer por ellos.
¿Conocéis a quien pueda traducirme un texto al portugués?
Un abrazo
Luisa
Si alguien sabe quien pueda traducir este texto al portugés, por favor, dejarle el comentario en El Refugio de Kelly.
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