El horror de las cámaras de gas
Bajo el hipócrita y cobarde concepto de «eutanasia», cada año millones de individuos, perros, gatos, son asesinados abominablem
Bajo el hipócrita y cobarde concepto de «eutanasia», cada año millones de individuos, perros, gatos, son asesinados abominablem
ente en perreras y «refugios» de todo el mundo.
En estos lugares, ya sea por razones de sobrepoblación, de falta de espacio o de adoptantes, los animales –a menudo debatiéndose desesperadamente o, en el caso de los cachorros, moviendo la cola de la manera más inocente– son metidos por grupos en sórdidas cámaras en las que son intoxicados con emisiones masivas de monóxido o dióxido de carbono, un método absolutamente arcaico que además de ser cruelmente inhumano por el sufrimiento que supone para las víctimas, especialmente para los perros medianos y grandes que suelen morir en una gran agonía entre aullidos, vómitos y defecaciones, resulta incluso nocivo para quienes ejecutan estas atroces e indignas prácticas, absolutamente detestables y que deben ser erradicadas por completo.
En estos lugares, ya sea por razones de sobrepoblación, de falta de espacio o de adoptantes, los animales –a menudo debatiéndose desesperadamente o, en el caso de los cachorros, moviendo la cola de la manera más inocente– son metidos por grupos en sórdidas cámaras en las que son intoxicados con emisiones masivas de monóxido o dióxido de carbono, un método absolutamente arcaico que además de ser cruelmente inhumano por el sufrimiento que supone para las víctimas, especialmente para los perros medianos y grandes que suelen morir en una gran agonía entre aullidos, vómitos y defecaciones, resulta incluso nocivo para quienes ejecutan estas atroces e indignas prácticas, absolutamente detestables y que deben ser erradicadas por completo.
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