Seguidores

sábado, 24 de noviembre de 2012

Cómo las ballenas abren sus bocas gigantescas

Una ballena azul consume en cada bocanada cerca de 500 kilos de krill, un volumen de alimento que le aporta 500.000 calorías.
Las ballenas azules, los animales de mayor tamaño que jamás hayan existido, pueden recoger en cada bocanada y en apenas diez segundos hasta 100 toneladas de agua, de la que filtran crustáceos como krill y otros organismos marinos.
Investigadores en Estados Unidos descubrieron ahora cómo esos gigantes mamíferos logran coordinar sus movimientos en forma tan espectacular y efectiva al engullir alimentos.
Un órgano localizado en la mandíbula establece un nexo sensorial entre los músculos y huesos de esa zona del cuerpo y el cerebro, según el estudio.
Cuando especies de rorcual, incluyendo las ballenas azules, detectan que hay suficiente krill en el agua, se zambullen. En determinado momento durante ese descenso abre su boca, rota su cuerpo y acelera para forzar el ingreso del agua en su boca.
Las ballenas azules tienen huesos maxilares inferiores separados, lo que les permite expandir la apertura de su boca a hasta tres metros de ancho.
La piel desde la boca hasta el abdomen tiene una estructura cavernosa con pliegues y puede expandirse para contener vastos volúmenes de agua.
Del maxilar superior cuelga la llamada barba de ballena, una serie de láminas con una estructura similar a un peine, que filtra en cada bocanada hasta 500 kilos de krill, un volumen de alimento que aporta 500.000 calorías.
Sensores
La barba de ballena cuelga del maxilar superior y tiene una estructura similar a un peine. Permite al animal filtrar crustáceos.
Los rorcuales tienen “uno de los métodos de alimentación más extremos de los vertebrados acuáticos”, dijo Nicholas Pyenson, del Instituto Smithsonian en Washington, uno de los autores del estudio publicado en la revista Nature.
Y el rol del nuevo órgano identificado por los investigadores parece ser crucial.
Se trata de una masa gelatinosa, según Pyenson. Ello explicaría por qué los científicos no lo habían detectado antes, asumiendo que se trataba de algún tipo de fluido entre los maxilares.
Al diseccionar la carcasa de una ballena, los investigadores descubrieron que el órgano tiene una estructura compleja.
Se encuentra en la punta del maxilar inferior y contiene gran cantidad de terminales nerviosas. Pyenson y sus colegas creen que los nervios funcionan como sensores que recogen señales de la mandíbula cuando ésta comienza a abrirse y las envían al cerebro que a su vez coordina los movimientos rápidos y dramáticos del animal.
El órgano que se acaba de descubrir y cuya estructura está ampliada a la derecha, se encuentra en la punta del maxilar inferior.
Estación ballenera
El estudio, que fue realizado conjuntamente con investigadores de la Universidad de British Columbia en Canadá, fue posible debido al acceso que tuvieron los científicos a una variedad de carcasas en una estación ballenera en Islandia.
Los científicos tuvieron acceso a carcasas en una estación ballenera en Islandia.
“Pudimos trabajar con muestras de tejido de ballenas que acababan de morir. Y esto nos dio una oportunidad única de analizar en detalle la anatomía de los animales”, explicó Pyenson.
Los científicos utilizaron imágenes de alta resolución para examinar las muestras.
Descubrir el órgano en la punta del maxilar inferior permitió a los investigadores “responder a muchos interrogantes”.
La zambullida de los rorcuales “es uno de los grandes eventos biomecánicos en el planeta”, dijo Pyenson.
“Y ahora comprendemos cómo las ballenas logran ejecutar estos movimientos en forma tan rápida, abriendo la boca, inflando la papada y cerrando la boca para evitar la salida de la presa, todo en menos de diez segundos”.
Para Bill Sellers, zoólogo de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, se trata de un “descubrimiento fascinante”.
“Hallaron un órgano que desconocíamos hasta ahora, algo notable considerando que los seres humanos han venido cazando ballenas durante siglos”, dijo Sellers.
Gareth Fraser, investigador de la Universidad de Sheffield, dijo a la BBC que el descubrimiento revela una adaptación única de los mamíferos a la vida acuática.
“Y también nos muestra cuánto debemos aprender todavía, incluso en el caso de los habitantes más grandes del océano”.
-Fuente: BBC MUNDO

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario