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viernes, 30 de noviembre de 2012

Fapas advierte que las batidas al jabalí en importantes zonas de castilla y leon estan 'descontroladas' y son un peligro para personas y fauna. 

 
La Junta de CyL auspicia e impulsa en muchos lugares un régimen de pseudo-anonimato para esta actividad, convirtiéndose en un literal
Enviado por: ECOticias.com
Fapas advierte que las batidas al jabalí en importantes zonas de castilla y leon estan “descontroladas” y son un peligro para personas y fauna.

Ha quedado de manifiesto que en muchos lugares de la Cordillera Cantábrica que debe gestionar la administración, son más el problema “advertido”, que la solución propuesta.

Las Batidas de Jabalí en zonas de especial valor, practicada de forma moderada, pudieran resultar aceptables o de utilidad bajo un riguroso control y respetando los principios legales que las regulan y someten a la práctica de otros usos y valores en estos espacios, pero la realidad en Castilla y León es que se practican en su expresión más anárquica y desordenada, sobre todo en aquellas que la titularidad recae en la JCyL (Junta de Castilla y León) o con responsabilidad de la misma por la presencia de algunas especies catalogadas.

La Junta de CyL auspicia e impulsa en muchos lugares un régimen de pseudo-anonimato para esta actividad, convirtiéndose en un literal “Botellón armado” una de las modalidades de caza más agresivas y de mayor riesgo, convirtiendo las áreas rurales en lugares de habituales “emboscadas” para todo administrado, sea vecino ocioso, atareado propietario o sorprendido turista por la intencionada falta de publicidad de las mismas. Es casi norma que ni la Guardia civil ni los propios Agentes Medioambientales de la administración autonómica sean conocedores de la práctica de esta peligrosa modalidad cinegética.

Su expresión socialmente más dramática son los accidentes de caza en los que cazadores hieren o dan muerte a otros cazadores, turistas o vecinos de las montañas; Sucesos que en España suelen rondar la veintena por año. Sin ir más lejos, en las últimas fechas hemos asistido a varios sucesos de fatales consecuencias.

Observando esto, nadie salvo los técnicos de la administración y algunos colectivos de cazadores, pone en duda el riesgo que además corre el resto de la fauna cinegética y protegida, especies algunas que nos cuesta mucho dinero y sacrificio salvaguardar y a las que además también se protege de esta agresiva actividad, advirtiendo su limitación de forma específica.

FAPAS recuerda que recientemente en la montaña Palentina se autorizó una batida en un área conocida por la presencia habitual de oso pardo y en la que una hembra con cría se dejó ver el día anterior y durante el último año. El día de la batida un cazador abatió un ejemplar adulto de oso pardo que la administración ha pretendido “resucitar” continuamente con una “teatralizada búsqueda” para intentar “redimir” la responsabilidad que ostenta, y que en este caso y a nuestro juicio, está muy por encima de la que puede tener quien apretó el gatillo y al que la administración colocó allí. Parece lógico pensar que si se pueden matar entre ellos o a gente cogiendo setas, como no va a ser posible confundir un oso con un jabalí.

Siendo muchos los ejemplos, de entre todos destaca la Comarca de Riaño, en este área se lleva a cabo la modalidad de caza más salvaje de las que se realizan en España dentro de espacios protegidos o áreas con especies protegidas vulnerables a esta modalidad.

La Junta de Castilla y León permite a los Cotos de Caza, integrados o limítrofes al Parque Regional de Picos de Europa, la realización de batidas de caza con la participación de rehalas con perros de agarre.

A lo insólito de que la Junta de Castilla y León autorice esta modalidad de caza en las zonas oseras y urogalleras de la Cordillera Cantábrica ignorando los Planes de Recuperación de estas especies, se añade el hecho de que el lugar elegido para liberar a la osa “Jimena”, se ubicase en un área desde el cual, a poco que se hubiera desplazado del territorio de suelta, podía haberse introducido en una de las zonas de mayor intensidad de caza donde se utiliza a los perros de presa/agarre para matar animales salvajes, pudiendo participar del entorno de 70 escopetas por partida de caza y de intensidad inconcebible, teniendo cita la práctica totalidad de los fines de semana de la temporada de caza, lo que hubiera supuesto para la osezna una muerte segura de haber llegado a ser localizada por los perros en el limítrofe coto de caza de Prioro.

En este coto y en el resto de los cotos de caza de León donde habita el oso pardo y urogallo, la Junta consiente partidas de caza donde pueden llegar a participar hasta tres rehalas de estos perros, lo que quiere decir que en una sola jornada de caza y batiendo un monte, puede haber hasta noventa de estos perros persiguiendo y matando fauna salvaje.

En las cacerías se han llegado a producir ataques constatados de perros al ganado doméstico, ya que en las autorizaciones no se especifica la obligatoriedad de perros de rastro y se utiliza cualquier raza de perros, resultando las más atractivas las consideradas PPP, (potencialmente peligrosas), perros que en muchas ocasiones los propios cazadores les entrenan potenciando su alta motivación para matar presas.

Para FAPAS no hay soporte moral ni legal para la conducta de esta déspota Admón. Autonómica, es como si se tolerase a algunos colectivos o individuos en carreteras y vías públicas, el libre y habitual desarrollo de sus pasiones automovilísticas sin límites, mientras la mayoría de usuarios nos sometemos a normas y al riesgo añadido que estas actividades produjeran.

FAPAS sospecha, que una de las causas por las que la población de urogallo, y de oso pardo especialmente en la zona oriental de la Cordillera Cantábrica no evoluciona favorablemente, podría deberse precisamente a la intensidad desatada de las batidas al jabalí y la utilización de estos perros de caza, adiestrados para matar y contra los cuales ni tan siquiera un oso tiene muchas probabilidades de sobrevivir si es acosado.


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